Historia
Historia de la Unidad Educativa Raúl González Astudillo
El Dr. Raúl González Astudillo y la Sra. Rosita Cristina Cabrera de González, pareja ideal que, de acuerdo con el plan de Dios, se complementaron y perfeccionaron: Él, poder intelectual y económico. Ella, intuición femenina, que es inteligencia fina y sutil, inspiración, impulso y corazón.
Los dos, haciéndose eco de las aspiraciones y ansiedades del mundo de hoy, en una visión universal de Iglesia, donaron el terreno y el edificio para la marcha de este Colegio que, antes de serlo, funcionó como Centro de Misión Evangélica, obra que respondía a las inquietudes espirituales de la hija de los señores benefactores, Sor Martha González, religiosa de la Providencia.
Ellos son los patrones de este querido Colegio, que con justicia lleva el nombre del Dr. Raúl González. Colegio que tiene abiertas las puertas a todas las jóvenes y todos los jóvenes que quieren educarse en él.
Los caminos del Señor son luminosos. .. Comenzó este sueño de Sor Martha, al visitar a sus padres que habían adquirido una quinta de recreo en esta ciudad.
El 11 de junio de 1970 fecha inolvidable, con la que se abre la historia de este Centro Educativo, tuvo lugar su inauguración. Nuestro edificio sobrio, solmene y acogedor, enarbolaba orgulloso las banderas de la Patria y de Santo Domingo. El programa inicia con la Santa Misa, ofrecida por el Jerarca de la Iglesia ecuatoriana, Excelentísimo Monseñor Pablo Muñoz Vega y concelebrada por Monseñor Miguel Enrique Romero y Monseñor Benigno Chiriboga. Se celebró luego la bendición del edificio. Con estos dos actos litúrgicos se realizó la consagración de un nuevo colmenar de la Iglesia, cuyas mieses recogerá el Señor. “Por sus frutos lo conoceréis” fue el tema de la inspirada homilía de Mons. Muñoz Vega.
Se sucedieron rivalizando en elocuencia los discursos: El señor Abdón Michelena, en aquel entonces, supervisor escolar, en frases muy sinceras presentó el agradecimiento de la Dirección Provincial de Educación de Pichincha y de la Supervisión Escolar de Santo Domingo, el Dr. González quien a su vez, en frases vibrantes de emoción, hizo la entrega del edificio a la Congregación de la Providencia, cuya Provincial y su Consejo dieron realce a esta inauguración, con su presencia. A esta generosa entrega respondió Sor Martha a nombre la Congregación.
Siguieron brillantes alocuciones del Sr. Don HolgerVelasteguí, Gerente – Propietario de la Radio Zaracay. El Sr. Ing. Cadmo Zambrano, presidente en aquella fecha del Consejo Municipal, con un brillante discurso condecoró a nombre de la Ilustre Municipalidad de Santo Domingo al Dr. Raúl González, por intermedio de su distinguida esposa.
Muchísimas personas, familiares y amigos de la familia benefactora acudieron desde Quito a solemnizar con su presencia esta inauguración que sirvió de gran estímulo a las Hermanas de la Providencia que llevarían a cabo esta Misión.
¿Por qué en un principio Misión y hoy Colegio secundario?
La opción preferencial por los pobres, por los que habitan en pueblos marginados exigió a Sor Martha dejar su cargo de Rectora del Colegio de la Inmaculada, para venir a este Cantón, que empezaba a esbozarse pujante, con muchas familias venidas de las diferentes latitudes de la Patria.
Esta opción por los más necesitados fue asumida y vivida por tres hermanas: Sor Isabel de San José, Sor Adriana del Sagrado Corazón y Sor Martha de la Dolorosa.
Dos meses más tarde se nos unió Sor María Germana. Vivíamos en una presencia y solidaridad permanente con los barrios más abandonados.
El 15 de mayo de 1970 , se abre la historia Del Centro Misionero, llamado “Fraternidad Cristiana”. El primer año, que es de investigación de la realidad, funcionan los siguientes cursos:
- Formación para el hogar, al que acuden jóvenes obreras y de la clase media.
- Cursos de Economía Doméstica y Corte para señoras, los integran, en su mayoría, las ex – alumnas de los Colegios de la Providencia, residentes en Santo Domingo.
- Un Jardín de Infantes, que se abre un mes después, a petición de las señoras que frecuentaban los cursos citados.
- Un Centro – Escuela para adultos.
- Evangelización en dos Recintos que les confió el Párroco.
- Semanalmente orientaciones Sico-pedagógicas, a través de la Emisora Zaracay.
- Jornadas de formación bíblica, para hacer frente al avance del protestanismo.
Mientras Sor Isabel de San José se dedicaba a las actividades indicadas las otras tres hermanas recorríamos las pequeñas poblaciones de las Delicias, Nuevo Israel, por la vía Chone, el barrio la Providencia, en el Centro y las colonias de los Colorados por la vía Quevedo. Esta inserción, a pesar de los riesgos que suponía, se sentía como una exigencia de fe y una forma de vivir el Evangelio.
El Centro Misionero de Formación para el hogar y el Centro de Alfabetización en los que también colaboraban dos médicos y un miembro del Cuerpo de Paz, se extinguieron por que los alumnos se ausentaban a causa de las cosechas, de las siembras y problemas individuales. Pero las labores evangélicas no fallaron por lo contrario fueron multiplicándose.
El apostolado de la educación que había respondido por muchos años a nuestra vocación evangelizadora, volvió a entusiasmar a las Hermanas. Sólo un Colegio religioso podría cumplir con esta función trasformadora, por que educar al hombre es transformarlo en persona, hacerlo vivir un ambiente más expansivo y humano.
A cumplir con este cometido viene este Colegio regentado por las Hermanas de la Providencia.
Un Colegio en una población que se inicia y en donde el protestantismo tenía tan buena acogida.
Las múltiples solicitudes de los Padres de Familia, algunos de los cuales edificaban sus casas cerca del Centro, con el objeto de lograr se abriera el Colegio.
Las necesidades económicas de mantener las misiones y el personal
Es así que las Hermanas de la Providencia, realizan las gestiones para iniciar con el Colegio. El Ministerio de Educación, con Resolución No. 806 del 23 de abril de 1971 autoriza el funcionamiento del Primer Curso Básico; cuya inauguración se realizó el 2 de mayo con 32 alumnas, siendo rectora la Lic. Sor Martha de la Dolorosa González Astudillo.